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BLOG DE LA CT SANTA CLARA. HOSPITAL VIRGEN DEL ROCÍO
"Un blog hecho por todos y para todos"
lunes, 28 de mayo de 2012
Jose Maria Toro , publica una serie de ideas sobre la comunicación , en nuestro tiempo
, que nos hace pensar;
«no me interesa quien
puede aprender y aplicar un método, una herramienta
, una tecnología sin cambiar nada en su vida, en su
concepto de sociedad, sin hacer en sí mismo una revo
lución ni intentar provocarla a su alrededor”,
“Como dice un aforismo oriental. «lo importante no
es la espada, sino la mano que la maneja y el corazón
y la mente que la sostienen».
“Los medios son para la comunicación, no
para la incomunicación. Son para la información, no
para la deformación. Son para despertar y avivar, no
para la alienación”.
“En la llamada era de la comunicación, el hombre se sienta mas solo que nunca
despues de cerrar el chat con pesonas de otros paises e incluso de continentes, la persona vuelve a un profundo vacio comunicativo con su pareja, con sus hijos, con sus amigos cercanos”.
¡VIVA LA VIDA !!
Hay muchas cosas que aprender cada día, Disfrutamos en muchos momentos del día, No podemos ponernos barreras a nosotros mismos, sino todo lo contrario Los encasillamientos no son buenos … Nos ponemos y nos ponen muchas trabas en la vida y las peores son las que nos ponemos nosotros mismos. Me gustaría tener otro concepto de mi misma PARA SER MÁS FELIZ! Voy a luchar por ello, voy a intentar no retrasar las tareas, porque es una pérdida de tiempo. MI LEMA ES ¡AHORA O NUNCA! ME LO PROPONGO AHORA, PARA QUE TODO EL MUNDO LO SEPA. Me gustaría vencer todos los miedos que tengo. No dejes nunca que nadie te quite las esperanzas. No analices las cualidades de los demás sé tú mismo. Hazte un gran regalo, regálate la vida, regálasela a los demás, sé pacífico, la ira no conduce a ningún sitio. Nada es importante todo es relativo, intenta averiguar lo que te hace feliz no te preocupes si los demás no son felices contigo, no es tu problema es el suyo. No necesitas a nadie, pero puede que alguien sí te necesita a ti, de esa persona sí te tienes que preocupar.
Escrito por Adela Calvo Caballero
lunes, 14 de mayo de 2012
Adiós tristezas
Guía para que no te deprimas
por la Dra. Margarita Rojas
Me viene a la memoria un hermoso cuento de dos amigos que iban caminando por el desierto. De forma involuntaria, el que iba delante, al subir una duna, lanzó tierra en la cara del otro caminante. Después de quitarse la arena de los ojos y de la boca, el amigo que iba detrás se abalanzó sobre el primero gritando insultos y propinándole un sonoro puñetazo. El agredido permaneció en silencio y cogiendo un palo escribió en la arena: "Hoy mi mejor amigo me ha dado un puñetazo". Y continuó caminando como si nada hubiese ocurrido.
Al llegar al oasis, los amigos decidieron bañarse en una profunda laguna para refrescar y limpiar sus polvorientos cuerpos. Una vez allí, el que había recibido el puñetazo estuvo a punto de ahogarse y su amigo lo salvó. Al salir del agua, el accidentado escogió una roca y con una navaja grabó: "Hoy mi mejor amigo me ha salvado la vida".
El autor del puñetazo, al leerlo, sintió curiosidad y preguntó a su amigo: "¿Por qué cuando te pegué el puñetazo lo escribiste en la arena y ahora, después de ayudarte a salir del agua, lo has escrito en una roca?".
"Muy sencillo", contestó el otro. "Cuando un amigo nos ofende, debemos dejar que la ofensa la borre el viento del olvido. Ahora bien, cuando un amigo hace algo bueno por nosotros, lo debemos grabar en nuestro corazón para siempre".
Este cuento pone de manifiesto la mejor actitud ante las afrentas, lo contrario pudre nuestros corazones y hace que la vida sea mucho menos luminosa.
Elegido por Paqui Ruiz
lunes, 7 de mayo de 2012
EL LEÑADOR TENAZ
Había una vez un leñador que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aún, así que el leñador se propuso hacer un buen papel.
El primer día se presentó al capataz, que le dio un hacha y le asignó una zona del bosque.
El hombre, entusiasmado, salió al bosque a talar.
En un solo día cortó dieciocho árboles.
-Te felicito -le dijo el capataz-. Sigue así.
Animado por las palabras del capataz, el leñador se decidió a mejorar su propio trabajo al día siguiente. Así que esa noche se acostó bien temprano.
A la mañana siguiente, se levantó antes que nadie y se fue al bosque.
A pesar de todo su empeño, no consiguió cortar más de quince árboles.
-Debo estar cansado -pensó. Y decidió acostarse con la puesta de sol.
Al amanecer, se levantó decidido a batir su marca de dieciocho árboles. Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad.
Al día siguiente fueron siete, luego cinco, y el último día estuvo toda la tarde tratando de talar su segundo árbol.
Inquieto por lo que diría el capataz, el leñador fue a contarle lo que estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se estaba esforzando hasta los límites del desfallecimiento.
El capataz le preguntó: "¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez?".
-¿Afilar? No he tenido tiempo para afilar: he estado demasiado ocupado talando árboles.
de Jorge Bucay
Elegido por Paqui Ortiz
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