jueves, 23 de noviembre de 2017

            REFUGIADOS


Por mucho que me cuentes tus lamentos y calen
en mi corazón y mi alma se arrugue
al escucharlos jamás podré vivir en tu piel
toda esa desesperación y dolor que leo en tus
ojos, en tu rostro. Y aunque a veces intuyo
algo de alivio y esperanza, me pregunto
cómo, despues deconocer la historia de yu
lucha, puede  haber sitio para eso en tu
exiistencia tan ingrata.
Cuántas veces  habrás pasado miedo o
llorado en tu cuarto a solas sin que
nadie te abrazase para consolarte.
Supervivientes del tiempo muerto,
de la desolación, el desarraigo,
la injusticia, la marginación.

Y ahí sigues de pie,
frente a todo... Viviendo.




                                Por ARV



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