Corrió el visillo y pudo ver a gente corriendo.Iban de un lado a otro, como sin rumbo.
De pronto vió el humo: nacía de un rascacielos que esraba a dos manzanas.Era denso y negro.
Descorrió el visillo y procedió a prepararse una ginebra.El ulular de sirenas era constante.
Cuando volvió a correr el visillo pudo ver un gran avión en vuelo bajo que raudo se estrellaba contra el segundo rascacielos; una tremenda explosión en forma de bola de fuego surgió de súbito.Y le siguió una gran columna de humo negro y denso.
Tomó un sorbo de ginebra y conectó el televisor. J.R LORENTE
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