Dios
y adela
No
debo agradecerle estar viva a la vida ,sino a quién me la dió. No
sólo le debo todo lo que yo he querido que me pase, sino que le debo
mucho más.....todo lo que me ha pasado sin querer. Cada vez que
tienes un disgusto y se te ponen los pelos de punta y tienes
ganas de subirte por las paredes en vez de maldecirte a tí mismo y a
todo lo que te rodea, párate un momento y pídele perdón a Dios
porque es seguro que Él no tiene la culpa de nada...porque la nada
es Él y te está llevando a su terreno quiere que te dés cuenta que
ÉL se está alejando de tí y te está avisando. Muchas veces nos
creemos que Dios no nos escucha cuando es al revés, somos nosotros
los que no le escuchamos a Él y la verdad es que es una pena porque
tiene tantas cosas que decirnos y tan maravillosas y con eso no
quiero decir que yo haya escuchado mucho, pero sí que algo me ha
llegado y me ha cambiado por dentro de forma inimaginable, pero eso
es algo que tiene que experimentar cada uno, por mucho que yo hable o
deje de hablar estoy perdiendo el tiempo.
Pero
confiando siempre en Él y estándole en todos los momentos
agradecidos porque somos como marionetas en sus manos y eso sí que
no tiene ángulo de discusión seguro, que no perdemos nunca el
tiempo.