Y EL IMPRESIONISMO CRUZÓ EL CHARCO


¿Hay diferencias en la forma en que los norteamericanos entendieron el impresionismo respecto a los franceses? Paloma Alarcó, conservadora jefe de Pintura Moderna del Thyssen y una de las mayores expertas en el impresionismo, precisa que el movimiento fue muy poco homogéneo y que careció de un código cerrado como tuvieron otros. De manera que caben muchas aproximaciones. Todos pintan temas amables como el paisaje, niños felices o mujeres en momentos sugerentes, pero que salvo el ánimo de plasmar el instante y pintar del natural, las interpretaciones eran muy personales. Si tuviera que buscar una diferencia forzosa entre franceses y americanos, Alarcó señala la ubicación de los paisajes. “Cada uno pinta la parte de la naturaleza que tienes delante. Por lo demás, la filosofía es similar. Algunos, como Cassatt o Sargent, ocupan desde París las primeras filas del movimiento, pero es en 1886, cuando el marchante Paul Durand-Ruel organiza en Nueva York la gran exposición de impresionismo francés, cuando los americanos se dejan seducir por los temas y la pincelada brillante de los franceses”.
La exposición arranca con una selección de obras de Berthe Morisot, la única mujer ligada al grupo fundador, y Mary Cassatt, la americana que corrió a París para sumarse al movimiento. De ambas artistas se exhiben imágenes de niños felices, rubios y vestidos de blanco junto a retratos de elegantes damas rodeadas por una densa luz blanquecina. EL PAIS
Una buena oportunidad de darse un paseo por Madrid y disfrutar de esta exposición
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