La belleza era sutil.
Toda manejable con el paso de los años.
Mi vida giraba en torno a los dedos minúsculos de aquella niña.
Aquella niña que me vio nacer.
Hora tras hora rememorando algo pasado.
No puedes sentir ignorancia por lo que has sido.
Fuerza, belleza, comprensión...
No todo está fuera, decía ella.
No todo está fuera, repetía.
Al principio no me lo creí.
Y suspirando alcé mi mirada a las nubes.
No sabía decir basta. Basta de miedos inútiles.
Basta de falsas sonrisas.
Ella me hablaba, yo callaba.
Huellas imborrables de mi propia vida.
Hay que aprender a sentir. Hay que aprender a escuchar.
No somos cristales rotos.
Y aquella niña se hizo mayor.
Dentro,mira dentro... decía.
No te duelas más por oscuras sensaciones.
Valor.
Isa A.D.
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