Así entró el jilguero por la ventana: mientras ella cantaba.
Se ve que el pajarillo se sintió atraído por el melodioso canto de la muchacha.El sol le daba en el plumaje, haciéndolo aún más bello.
Ella no se percató de la presencia de su nuevo inquilino, y siguió con su canto.
De súbito, el ave comenzó a cantar, y ella interrumpió su canto, sorprendida.El jilguero echó a volar por donde había entrado y ella quedó muda y maravillada.
José R. Lorente
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