OSCAR WILDE
Dulce es bailar al son de los violines
cuando el amor y la vida son hermosos;
bailar al son de flautas y laùdes
es delicado y exquisito,
¡pero no es agradable bailar en el aire
con agiles pies!
Asi, con ojos curiosos y enloquecedoras conjeturas,
lo observabamos dia tras dia
y cada uno de nosotros se preguntaba
si no acabaria de la misma manera,
pues nadie puede decir en que rojo infierno
puede extraviarse su alma ciega.
Por fin el muerto dejo pasear
entre los reos
y comprendi que estaba en la terrible
celda del banquillo negro
y que nunca volveria a ver su rostro
ni para bien ni para mal.
coproducido por: PABLO BOA
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