COMERCIO JUSTO DE CABEZAS (Texto de una obra de Maria Thereza Alves,
expuesta en el caac. 30 ene al 31 may 2015).
Una cabeza tatuada de Maori en la colección del Museo
Natural de Rouen, Francia, iba a ser retornada a la comunidad Maori de Nueva
Zelanda en un intento de reequilibrar la grotesca situación historia del
comercio de partes humanas que fueron coleccionadas por los Europeos en el
siglo XIX. “Era un gesto ético basado en el respeto por las culturas del mundo
y la dignidad que corresponde a cada ser humano”, declaro el Alcalde de Rouen.
El Ministerio de Cultura de Francia ha respondido bloqueando
el proceso del regreso de la cabeza Maori y ha iniciado un proceso judicial
contra el Alcalde de Rouen por haber intentado “remover ilegalmente un
artefacto perteneciente al patrimonio cultural de Francia”
Un funcionario disidente del gobierno francés señala: “este
objeto refleja el tráfico bárbaro de partes corporales y la creencia de que
otra raza es inferior a la nuestra”
Las autoridades culturales han señalado que la mayoría de
los huesos y partes corporales fueron adquiridos ilícitamente y mediante las
mas horrorosas prácticas. Los guerreros tatuados Maories estaban a veces en
peligro de ser asesinados con el fin de vender sus cabezas. Algunos esclavos maoríes
fueron tatuados a la fuerza y posteriormente decapitados.
La política vigente del Ministro de Cultura francés apoya el
tráfico de huesos humanos y defiende prácticas colonialistas al declarar que la
cabeza Maori es un objeto de arte y no una parte corporal y al mismo tiempo
sobresee toda consideración ética para “garantizar la integridad del patrimonio
nacional” El Dr Tapsell, un Maori, replica que la cabeza Maori no tiene nada
que ver con el patrimonio cultural francés.
Comercio justo de Cabezas permite el intercambio equitativo
de cabezas entre grupos indígenas cuyos descendientes ven denegado el derecho
de las partes corporales de sus ancestros con los ciudadanos de países que
retienen dichas partes de cuerpos.
Emilie proveniente de Lille es la primera europea que
participa en el programa de intercambio de Comercio Justo de Cabezas al donar
su cabeza como representante de la cabeza retenida por su gobierno en Francia.
La cabeza de Emilie habrá de ser retenida “en prenda de los
restos” y habrá de ser devuelta a sus descendientes en Francia cuando el
gobierno francés asuma su responsabilidad ética al regresar la cabeza Maori a
sus descendientes en Nueva Zelanda.
Aquellos europeos
(especialmente ingleses, alemanes, españoles y portugueses) que deseen
participar en el Comercio Justo de Cabezas pueden obtener mayor información del
programa enviando un mensaje a zerynthia@zerynthia.it
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