A PEPELU
Acoges nuestro dolor con gesto suave
con esa antigua sabiduría del Amor
que desconoce la profundidad de las heridas
o el alma que se entrega derrotada
a un laberinto donde no hay esperanza,
y,sin embargo,apuestas....
es tu jugada
como la de tantos que van sumando
en esta aparente resta que es la vida,
levantas desde tu centro de humanidad fortalecida
por tantos años de ejercer la acogida
nuestros naufragios y nuestros temblores,
en este mundo hostil donde sucumben
desde la más tierna flor a la más dura montaña,
y callas,porque a veces es necesario el silencio elocuente de la mirada
y el gesto amabilísimo de la mano tendida.
A mí me has ayudado a conocerme,
a saber que sigo siendo humano,
y en recompensa de ese gesto noble
escribo estas pequeñas palabras que son alas
o diminutos soles
para que se multiplique la esperanza
y vengamos un día a ser
en el triunfo o en las derrotas
verdaderos navegantes de estos mares de incertidumbres,
bonanzas y tormentas.
Sobrevivir no basta,
hay que dar un sentido a lo que perpetuamente asalta al alma
y no es nada fácil,pero es el reto de ser hombre
y hacer que de la sombra nazcan las pequeñas señales
de las luces diarias;
vivir es esforzarnos en ser lo que ya somos:
un proyecto de amor o de acogida,
un puente por donde transitar
y escuchar el silencio,
ese silencio radical que somos.
FRANCISCO JAVIER GAMIZ GONZALEZ
15 DE FEBRERO de 2018
Con agradecimiento,cariño y respeto.
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