A tí que me lees.Estoy viendo por la ventana el tránsito de vehículos volando sobre el anaranjado cielo del crepúsculo.
Arboles se agitan ante un viento impetuoso.Y suena mi comunicador.Es un amigo que me habla de su nuevo libro.Me lo cuenta con un entusiasmo contagioso.Sonrío.
Voy a comer un pan que me he calentado en el microondas con una porra antequerana.Tomaré un vino tinto de la Rioja alavesa.
Conecto la pantalla,pues he de trabajar.Tengo que trasvasar unos datos a un correo ordinario.Tardaré veinte minutos.
Fuera, el tránsito es abundante, y un cielo oscuro domina la ciudad.Las primeras luces se han encendido.El viento ha dado paso a una lluva fina y persistente.
J.Ramon Lorente
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