El gemelo.

Vilma caminaba por el bosque, cual Caperucita despreocupada, y pudo ver a una ardilla trepando tronco arriba de un pino.Hacía tiempo que no paseaba por la naturaleza,enfrascada como estaba en su trabajo de abogada.Pero ese día era fiesta y lo aprovechó.

Dejó a los ninos con los abuelos,el marido estaba de viaje y, al fin,se quedo sola.Pero olvidó un detalle: llevar consigo el móvil y no silenciarlo.Continuaba su camino deleitoso.Todo el bosque era silencio interrumpido de vez en cuando por los trinos de los pájaros.

Vilma se sentía dichosa;hasta que un sonido extrano y familiar la vino a sacar de su placidez y dicha,De inmediato supo que se trataba del móvil y, por curiosidad,se dispuso a cogerlo.En la pantalla aparecía el nombre de Rogelio, un abogado que trabajaba con ella en el bufete.Le informó,apremiante,que dejase todo lo que estaba haciendo y acudiese lo antes posible.Dejar todo lo que estaba haciendo,si solo estaba paseando.Le mintió al decirle que estaba en casa.Pero no rechazó acudir,total ,ya llevaba una media hora paseando y le parecía suficiente.Colgó enseguida,para que Roger-así lo solían llamar-no notase el repentino trinar de los pájaros.

Tanto la sede judicial como el bufete no habían guardado la festividad y el encargo,el caso,era delicado:la había escogido,de oficio, un pobre inocente desahuciado cuyo cargo era de robo a mano armada,aunque no aparecio el arma del delito y para más inri,lo estaban confundiendo con su hermano gemelo.