La hora de la siesta
Buitre vespertino, sol que suspende partículas en la tarde. Las mismas partículas descompuestas del melón de piel de lagarto o el dañino cigarrillo que ensancha nuestros pulmones.
Igual que el dulce intervalo de los veinte a los treinta ,va pasando ya el cenit con sus odres llenos de calor engañoso que a lo largo de la tarde hace como que aprieta en las aulas comprimidas de bostezos adolescentes
. Buitre vespertino, tu graznido impertinente nos recuerda cada día en en el el melón y el cigarrillo, tu carroñar incesante, en la sabana de la siesta cada vez más cerca de la muerte.
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