Yo, en que he sido solo memoria sino que además he saltado la comba del pensamiento media vida, espero que se atempere el ritmo frenético de viajar en la Harley Davidson del recuerdo.
Ese recortable de mis manualidades, esa acuarela torpe y enfermiza de mis axones y mis dendritas, que las castigué con hachís del malo y mistela barato saltando al vacío de mis neurosis y después de creerme el rollo de los moteros con que mis amigos me comieron la cabeza con el rollo de los Angeles del Infierno, he ganado en calidad de vida en este paraíso del litio y del acido fólico, mientas los moteros de la Harley Davidson siguieron la estela de la linea continua del suicidio. Yo cambie el rocanrol y el movimiento hippie por una vida más tranquila. Ahora me conformo con el asiento mullido y concsjpiscente de Jamon, Jamon con los huevos de Osborne y me voy a Jerez en mi Vespino con mi choni detrás, una choni proletaria con pirsin en el obligo.
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