VISITA
Y de pronto entró de
nuevo la risa,
Así: sin anunciarse
Llego con tanta fuerza
Que no pude hacerle bienvenida,
Ni poner el café,
Ni preparar la cama.
Apenas logré soltarme el pelo,
Que me mirara con sus ojos pícaros
Y sin más, permitir que me besara.
Llego otra vez la alegría, desprevenida
A decirme que la vida seguía esperando mis ojos abiertos
A ponerle armonía a mis versos.
Llego imponente a invitarme a bailar,
A sorprenderme con la cena en casa.
Llego de nuevo la risa,
Sin cara de asombro
A picarme la lengua.
Llegó a sacarme las verdades,
A cerrarle paso a las trampas,
Llego a abrir mi corazón,
Entro a plantar Siempre Vivas
Y sin darle vueltas al asunto,
Me lleno de música por dentro.
Irma Cristina Cardona
Bogotá, 2014
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