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BLOG DE LA CT SANTA CLARA. HOSPITAL VIRGEN DEL ROCÍO

"Un blog hecho por todos y para todos"

jueves, 19 de noviembre de 2015



      LOS CLAVOS DE LA PUERTA :



    Esta es la historia de un niño que, todos los días, se peleaba con su hermano, con sus padres, compañeros del colegio, etc...
     Una tarde, su padre le entrego un paquete. El niño muy curioso lo desenvolvió  rápidamente y se sorprendió muchísimo al ver ese extraño regalo: era una caja de clavos.
     El padre lo miro muy fijo y le dijo:
     “Hijo mió, te voy a dar un consejo: cada vez que pierdas el control, cada vez que contestes mal a alguien y discutas, clava un clavo en la puerta de tu habitación”
     El primer día, el niño clavo 37 clavos en la puerta.
     Con el paso del tiempo, el niño fue aprendiendo a controlar su rabia, por ende, la cantidad de clavos comenzó a disminuir.
     Descubrió que era mas fácil controlar su temperamento que clavar los clavos en la puerta.
     Finalmente llego el día en que el niño no perdió los estribos. Su  padre orgulloso, le sugirió que por cada día que se pudiese controlar, sacase un clavo. Los días transcurrieron y el niño logro quitarlos todos.
     Conmovido por ello, el padre tomo a su hijo de la mano y lo llevo hasta la puerta, y con suma tranquilidad le dijo:
      “has hecho bien, hijo mió, pero mira los agujeros...la puerta nunca volverá a ser la misma. Cuando dices cosas con rabia, dejan una cicatriz igual que esta. Le puedes clavar un cuchillo a un hombre y luego sacárselo pero no importa cuantas veces le pidas perdón, la herida siempre seguirá ahí. Una herida verbal es tan dañina como una física. Recuerda que los amigos son joyas muy escasas, consérvalos, cuídalos, ámalos, pero no los lastimes, hay daños que son irreversibles y no hay perdón que los sane”
      El niño compendio la enseñanza de su padre y la agradeció profundamente; se dio cuenta de que al enojarse no solo causaba daño a los demás, sino que también se dañaba  a si mismo. A partir de ese momento jamás volvió a tener que controlar su ira, porque decidió actuar siempre guiado por el amor.
   Bea.

    Y tu,¿cuantos clavos y/o agujeros tienes en tu puerta?

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