Elsa se despertó una mañana y vio por la ventana que llovía. Se calzó las babuchas y dejó la chilaba en el diván y así desnuda se quedó junto al cristal viendo las gotas precipitarse. Estuvo un rato largo meditando, en el que el paisaje se le fue metiendo por la vista; tal como la ventana ingería una luz cenicienta y dejaba entrar una brisa cálida.
Elsa tomó un té negro con una tostada con aceite y jamón de dehesa. Desnuda recorrió la casa fumando. Y se sentó a la pantalla para escribir un breve relato que comenzaba así: "Elsa se despertó una mañana y vio por la ventana que llovía...".
No hay comentarios:
Publicar un comentario