Tenía alas hermosas, transparentes como las de una libélula, que al sol se le irisaban.
Solía volar de noche, a la luz de la luna o de las estrellas, y le gustaban las fuentes.
Siempre se aparecía en los sueños bonitos de las personas nobles. Y estaba en los instantes de amor de las parejas.
Una vez que se apagó su vela, su vida acabó.
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