La tierra esta caliente
igual que la carne voluptuosa,
las lechuzas acechan
con ojos de rubíes,
las estrellas descuellan
luz criada en la noche.
En la calle, de golpe,
nos asalta
el ruido del corazón.
Nada podría contener
tanta vida de pronto,
la ternura que deshaces
como un ovillo para mí.
Y, sin embargo,
quizás no ocurra nada
digno de acontecer.
El puerto duerme,
el Sol resiste
al otro lado del mundo.
No hay espacio bastante
para
que aquí repose nuestro amanecer.
Mar de Andamán, Tailandia
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