Millares de ellos se afanaban sobre el barro en busca de oro.
Había miseria en la comarca y el patrón abusaba de su autoridad.Nunca aparecía por la zona de trabajo: desde su despacho gobernaba las tareas.Sudaban la gota gorda intentando hallar el preciado material.
Los que no rendían en un tiempo eran despedidos sin remisión.Los que hallaban algo,por poco que fuese, recibían una recompensa.
Cuantos habían caído en el intento.Cuantos habían renunciado a seguir buscando.Pero aun así millares de ellos trabajaban a diario en aquella mina a cielo abierto.
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