Poema masturbatorio
Anillos dormidos de edades de altura,
planicies calladas de aros de meseta,
poniendo por copas sombreros de mi seta,
hongo psilocibio del día de ayer.
Ejércitos de hormigas escalan la corteza,
del árbol herido a manos del placer,
risa contenida en tu miembro de asceta,
Dulcineas calladas al fondo se ven.
Y llega la aurora proponiendo veletas,
ahogados lamentos de la llaga del ser,
Llega la mañana y preparas la maleta,
para el hondo surco de las tardes de té.
José Mari Raya Sánchez
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