Amy y Louis se conocían desde hacía más de treinta años.Desde el colegio.Amy era pintora y Louis arquitecto.Ambos habían estudiado bellas artes.
Amy estaba montando la que sería su tercera exposición,y Louis proyectaba su segundo trabajo.
Un día,en que paseaban por el parque,Louis encontró una esmeralda en el césped.La vió inmediatamente por el brillo.Y,desde el primer instante decidió regalársela a Amy.Esta la recibió con sorpresa y satisfacción,aunque en un principiola rehusó,alegando que era Louis el que la había encontrado,reponiendo que se la podía regalar a su esposa.
La esmeralda estaba tallada y Amy,al fin,la recibió con agrado.Louis había insistido en que se la quedara como prueba de tantos años de amistad.Pasearon por el parque una hora más y por fin se despidieron,emplazándose a verse la semana próxima,en que ambos estaban desocupados.Fijaron el día en el que se llamarían para concertar la hora de la cita.
Amy y Louis se profesaban un especial cariño,fruto de los años.Incluso habían pasado vacaciones juntos con la familia en la casa de campo que poseía la familia de Louis.
Un día Amy le dijo a Louis que había enterrado la esmeralda en una maceta de geranios,para que le diese suerte en la exposición.Louis rió,por la ocurrencia.Se abrazaron y se despidieron.
Pasados tres meses la exposición de Amy había sido un éxito,vendiendo,como nunca,casi todos los cuadros.Louis,por su parte,había logrado que se comenzase a edificar su trabajo en la ciudad.Sin duda el sortilegio de la esmeralda había hecho su efecto.
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