Cada
familia es un mundo, y esa célula privada junto a otras, crea el cuerpo que es
la sociedad.
Los
padres se sienten felices pensando en el parecido que tendrán sus hijos consigo
mismo pero lo cierto es que los hijos no quieren parecerse a sus padres por lo
menos cuando se están conociendo a sí mismos y han olvidado que hasta hace
pocos años sus padres eran unos semidioses.
Cuando
esos hijos llegan a la madurez y en este caso hablo por mí se siente que les
has fallado a tus padres aunque con mi madre quizás pueda remediarlo, es
cuestión de sagacidad y un poco de suerte.
Pienso
que le he fallado por desobedecerlos pero precisamente por deberle tanta
obediencia siento una gran esclavitud como si la familia fuera una jaula. Un
poco como se sienten dos padres cuya relación no funciona pero en mi caso sin
hijos y sin marido sola con unos padres que se pasaron o se pasa -en el caso de
mi madre-todo el tiempo diciéndome esto sí, esto no, y de lo que últimamente he
sido consciente gracias a mi arrepentimiento. Toda mi vida he tenido la lucha
de quién estaría en lo cierto si ellos o yo, ahora lo sé ellos. Partiendo de
este punto de vista puedo tener un futuro prometedor.
Adela
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