Desde la fogata hasta la ceniza existen horas de antigua chimenea,el humo serpentea por los vericuetos del miedo.La flacidez de mis músculos, la tersura de sus pómulos de piel de melocotón,la dificultad con que se mete uno en la primera mañana,los recuerdos del día anterior merodean con curiosidad entre los visillos del alba. Aparezco entonces enchaquetado, sorteando pasillos que no quiere nadie...He mordido la manzana del deseo y ahora me siento catapultado a preguntarle su nombre arrinconado entre la curiosidad del sentimiento y la vergüenza de haberlo olvidado con demasiada prontitud...¡había pasado tanto tiempo en aquella casa de campo que ahora la memoria no restituye los acontecimientos con verosimilitud. Y es que no podía enfrentar el deseo por la novia de mi mejor amigo con la continuidad de mi amistad con él.A partir de ahí me quedé bloqueado para siempre...entre el sentimiento fraternal y mi vida instintiva...más idiota...
Pero yo no sabría hasta más tarde que había sido él mismo,el propio Sergio Ramos el que ocultándomelo había mediado con su propia novia para hacerme un regalo,el regalo de navidad.
Josémarí Raya Sánchez
16-5-2019
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