Mi nombre es John O'connor. Nací en Júpiter hace 44 años. Me dedico al tráfico de marfil de las colonias.
Fueron ellos los que llegaron primero, pues yo me retrasé. Y allí me estaban esperando. Ese día lucía el sol. Les entregué la mercancía y, a cambio, obtuve mis honorarios.
Mi mujer (la única pareja que he tenido) se puso muy contenta con este trabajo, pues llevábamos sin dinero algún tiempo. Es, además de mi mujer, mi cómplice en los negocios.
Ese día fuimos al cine, donde proyectaban una película de aventuras de alienígenas terrestres. Muy divertida. A la salida comenzó a llover y no llevábamos paraguas, así que hubimos de refugiarnos en una cafetería cercana.
Estoy agotado. Este trabajo ha sido muy duro. Pero me han pagado bien. Llevo en él veinte años. Y aún no me acostumbro a la incertidumbre y a la soledad. Incertidumbre de que los compradores se echen para atrás en el último momento y soledad de mis largos viajes, en los que sólo cuento con R- 345, mi robot mascota.
Y así transcurre mi vida, entre viaje y viaje, intentando descargar la mercancía con el temor y el riesgo de ser detenido por las fuerzas del orden.
No hay comentarios:
Publicar un comentario