De niño, "calaban " los melones. Le hacían una incisión y sacaban una tajada, que daban a probar. "Esto es caramelo, señora ", solían decir, cuando era dulce y sabroso. Era mi fruta preferida, junto con el coco, que solía comer en la feria de abril.
De bebé dormía poco, por lo que mi tía me motejó " el media hora ". Actualmente sigo durmiendo mal, incluso con pastillas ( sedantes, hipnóticos, etc. ). Me cuesta conciliar el sueño y me despierto a menudo. A lo largo de mi vida he tomado muchas pastillas para dormir; con idéntico resultado.
La loca me mira fijamente. Le debo despertar curiosidad, como los animales en las jaulas del zoo. La veo con el rabillo del ojo mirarme; entrando en mi campo visual. Pero no me quiero "comer el coco ".
El día está gris, nublado, y hace algo de fresco, pero es que estamos en otoño. No sopla el viento fuerte que sopló hace unos días por el paso de un temporal.
Últimamente suelo tener pesadillas con gatos, que se comportan con fiereza. Ignoro que podrá significar. Pero me resultan molestos y desagradables.
Ya no escribo poemas como hace años, en que llenaba cuadernos. Ni compongo crucigramas, ni los resuelvo. Ni siquiera leo la prensa. ¡Y es que el mundo está tan mal...!Ahora hay dos guerras. Una entre Rusia y Ucrania, y otra en Oriente Próximo, con varios frentes abiertos, con Israel como protagonista.
Me paso los días montado en autobuses. Transbordando de uno en otro. Esto llega a fastidiarme. Tanto trajín me cansa. Como ya empiezo a cansarme de esta miscelánea, que ha brotado como flor silvestre, que ha surgido como agua de manantial. Acaso no pretenda ser otra cosa que una suerte de botella con mensaje lanzada al mar, al océano de palabras, al aire de versos no resueltos.
José R. Lorente.
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